Doña Jimena: - "¡ Porfavor te pido,Cid, el de la barba crecida!
Aquí estoy ante ti y ante nuestras hijas,
tan pequeñas las dos y tan niñas todavía,
y con nuestras sirvientas.
Ya veo, Campeador, que te vas
y nos separaremos los dos estando en vida
¡ Dame tu consejo , oh Cid, por Santa María!
Narrador: Alargo la mano el de la barba bellida
y cogió con sus dos manos a sus dos hijas:
las tenía en su corazón, porque las quería
Con lágrimas en los ojos fuertemente suspira:
Cid: -" ¡ Oh, señora Jimena , esposa tan honrada y tan cumplida,
a ti te quisé, mujer,igual como a mi alma!
Ya ves que he de separarme de ti en vida;
yo me voy, mientras tu te quedas en Castilla.
¡ Quiere a Dios, y también quiere a Santa María!
que ojala pueda ver de casarse a mis hijas,
y para disfrutar se alarguen mis días,
Y tu, mi mujer hornada, yo os serviré!
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